Si seguimos unas reglas básicas podemos conseguir una alimentación más saludable. Entre las más esenciales podemos destacar: comer más vegetales y frutas, no tomar refrescos gaseosos y eliminar la cantidad de hidratos de carbono procesados que comemos. Son simples de seguir y de recordar. Consume una enorme variedad de verduras. Come vegetales de color verde, como brócoli, col rizada o bien espinacas; de color naranja, como zanahorias, batata o calabaza;... y así pasando por toda la gama de colores. Para una mejor digestión es recomendable comer de manera lenta y masticar apropiadamente la comida. Así, te vas a sentir lleno antes de comer en demasía y te va a ayudar a reducir las calorías consumidas. Una gran olla de sopa o estofado, múltiples tazas de cereales enteros, legumbres cocinadas, una salsa o aderezo e incluso varios pedazos de verduras al vapor pueden ser un buen comienzo. Lo mejor es que estos pueden funcionar en diferentes combinaciones para la cena y los almuerzos. Prueba

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