Todos y cada uno de los negocios triunfantes fueron una vez sólo una pequeña idea, un momentáneo "¿Y si...?" que encendió el cerebro de un emprendedor. Mas una gran idea es sólo el más pequeño de los primeros pasos. Si todas las grandes ideas se tradujesen en negocios rentables, todos serían empresarios. El hecho es que ciertas ideas son viables, otras no, y otras solo necesitan un tanto de suerte, fondos y confianza. Entonces, ¿de qué manera se distingue la diferencia? Principalmente haciéndote a ti mismo las preguntas bastante difíciles que expondrán la debilidad de tu idea o revelarán fortalezas ocultas. Preguntas como:"¿Has trabajado ya antes en esta industria?" o "¿Has pensado en de qué forma lograrás financiación?" o bien sencillamente "¿Quién adquirirá este producto?". Incluso si no necesitas financiación, con frecuencia es una gran idea escribir un plan de negocios para asegurar que se sigue el camino correcto. En el momento en que te encaras a cientos de decisiones que tomar y

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