Pequeños cambios en nuestros hábitos pueden marcar una gran diferencia en nuestro estilo de vida. Por poner un ejemplo, escoger productos bajos en grasa como la leche descremada o comer fruta en lugar de tomarla en zumos. Si vas a meter al horno algún producto, puedes reemplazar el aceite o la mantequilla por opciones alternativas como el puré de manzana, unos plátanos maduros triturados o bien unos trozos de piña machacada. Tu bizcocho puede quedar igualmente sabroso y ser considerablemente más saludable. Prueba el alimento antes de añadir sal, mantequilla, salsas y aderezos. También puedes sustituirlos por condimentos más saludables. Puedes usar mostaza en vez de mahonesa y pimienta o bien jugo de limón en vez de sal. Crea una planificación, un listado de recetas o ideas para la próxima semana y empléala para crear tu lista de la compra y saber qué comestibles vas a precisar. Trata de que al menos la mitad de los elementos de tus comidas sean de origen vegetal. Las verduras se pueden

recetas sencillas