Si se pretende ayudar a preservar seguros los productos alimenticios que se preparan, es importante seguir unas prácticas de higiene alimentaria. Emplear aparejos, platos o recipientes limpios para eludir contaminar los comestibles cocinados o los productos alimenticios que se comerán crudos. Emplea toallas de papel para limpiar las superficies de la cocina. Si empleas toallas de lona, lávalas con frecuencia en el ciclo caliente de la lavadora. Antes de manipular los alimentos, lávate las manos con agua caliente y jabón durante cuando menos 20 segundos. Lávate las manos, los aparejos y las tablas de cortar ya antes y tras el contacto con carne, aves, mariscos y huevos crudos. Emplea agua caliente y con jabón. Lava las verduras y frutass frescas con agua corriente. Descongelar los comestibles en la nevera o en el microondas. Cerciorarse de que todos los alimentos usados sean frescos y estén dentro de la data de caducidad. Cerciorarse de que los alimentos calientes estén

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